sábado, 21 de marzo de 2009
Música, recuerdos y running
A un mes del MAPOMA

viernes, 6 de marzo de 2009
Sahara Maratón. La experiencia Solidaria
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Es curioso entrar en sus haimas despobladas de todo mobiliario y observar que lo que traemos en las mochilas 4 personas para una semana es mayor que todo lo que tienen ellos acumulado en toda una vida. Es un pueblo amable y hospitalario que comparte con sus huéspedes lo poco que tienen. Son amantes de la conversación, pero no de una conversación atropellada sino de una conversación razonada y cuidadosa, nunca se quitan la palabra y siempre respetan las opiniones. Son seres mas inclinados a pensar que a hablar. Es gente con una noción del tiempo diferente. Nunca comienzan una reunión cuando llega la hora si no están todos los invitados; se espera lo que haya que esperar, una hora, una mañana o un día. Piensan que toda persona viene de algún lugar y lleva información esencial para la vida. No les gusta la mentira, la palabra para ellos vale más que todo lo que existe en el mundo, a tal punto que los colonizadores decían que era mejor tomar la palabra a un saharaui que firmar un papel con él.
1/3 parte de la población son niños. Niños que nunca lloran y sonríen siempre. Niños que de mayores quieren ser polisarios, para liberar a su pueblo de la opresión marroquí. Niños que cuando les preguntas por su padre, te dicen que está en la guerra, cuando ya van 18 años desde el alto el fuego. Niños que sin haber conocido otra forma de vida, se saben refugiados. Niños con un futuro desesperanzador e incierto. Gracias a las organizaciones pro-saharauis, una gran cantidad de estos niños son acogidos por familias españolas e italianas en los dos meses de verano, época en la que el calor es insufrible. Tienen la oportunidad de aprender español y sentir las diferencias y las injusticias de la vida.
En el desierto la vida y el tiempo transcurren de otra manera. Cualquier plan u horario se cambia continuamente. Cualquier desplazamiento puede ser eterno, tardamos 8 horas de autobús para hacer 150 Km. Aunque el sol te abrase hay que salir siempre con ropa de abrigo, en pocos minutos puede cambiar el tiempo y sorprenderte el siroco, de forma que no puedas ni siquiera abrir los ojos. Puede granizar en el desierto de forma que parezca que haya nevado. Puede hacer un frío intenso y simultaneamente un sol abrasador.
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“DIEGO,GENTE,ORGANIZADORES,COLABORADORES,SAHARAUIS, COMPAÑEROS DE CAMINO Y HABITANTES DEL PLANETA ME PONGO EN CONTACTO CON TODOS VOSOTROS PARA DAROS LAS GRACIAS Y MANIFESTAROS LA SATISFACCION Y ALEGRIA QUE ME HA PROPORCIONADO SER PARTICIPE DE 174 HORAS DE VIVENCIAS Y CONVIVENCIAS, DE REPARTIR Y COMPARTIR, DE REIR Y DE LLORAR, DE SENTIR Y DE SOÑAR, DE DAR Y DE RECIBIR ENERGIAS POSITIVAS QUE PARA MI SON LAS QUE MUEVEN EL MUNDO Y DE LAS CUALES TENEMOS BASTANTE CARENCIA, YO POR LO MENOS ME HE LLENADO Y PIENSO QUE HA SIDO GRACIAS A TODOS Y CADA UNO DE VOSOTROS, HA SIDO COMO UNA BORRACHERA DE SOLIDARIDAD Y COMPAÑERISMO, UNA EMBRIAGUEZ DE SUEÑOS Y MAGIA, ESE GRANIZO, ESAS DUNAS, ESAS ESTRELLAS Y PARA MI LO MEJOR, ESOS 1000 NIÑOS CORRIENDO, VOLANDO, SOÑANDO, CON LOS TALONES HASTA EL CULO EN CADA ZANCADA, CON LA SONRISA DE OREJA A OREJA, CON LOS CORAZONES ABIERTOS DE PAR EN PAR PARA NOSOTROS, GRACIAS A TODOS POR VUESTRO ESFUERZO, POR VUESTRO HOMBRO, POR HACER POSIBLE QUE HAYA DISFRUTADO TANTO, GRACIAS”
Una Estrella Polisaria vino a mi sueño a darme la esperanza. ...
domingo, 1 de marzo de 2009
sahara marathon. la experiencia deportiva.
Durante la hora larga que duró el viaje, tuvimos la oportunidad de comprobar que el terreno se ajustaba a lo que nos habían indicado; los primeros 10 Km. son difíciles, es una continua sucesión de toboganes formados por arenales y zonas con piedras sueltas. La segunda mitad es técnicamente más suave; se trata de una inmensa recta prácticamente sin desnivel, en la que el suelo es arenoso, pero bastante duro, sin embrago es una recta sin fin que se pierde en el horizonte. Sicológicamente la llegada fue muy dura.
La salida de los aproximadamente 130 participantes será a las 10 a.m., tratando de hacer coincidir las cabezas de carrera con la maratón que salió de la wilaya del Aiun a las 9 a.m.
Evidentemente la distancia no es homologada (no se me ocurre que organismo podría homologarla….) y no hay chips ni alfombras ni arcos de salida. La salida está marcada con una línea de cal sobre la arena. A cambio tenemos la animación de cientos de mujeres y niños y una gran haima para cambiarnos.
En el momento de la salida, la temperatura ronda los 20ºC, en meta sería próxima a los 30ºC. Aunque con los niveles mínimos de humedad ambiental es difícil sudar, hay que intentar beber en casi todos los puntos de avituallamiento situados cada 2,5 k., yo sólo me salté el primero. En todos ellos hay agua, isostar, dátiles y plátanos, incluso barritas energéticas. El trazado de la carrera está marcado cada 500 m por un poste y una flecha indicando el camino, hay perfecta visibilidad de punto a punto, además continuamente hay fotógrafos de la organización y de los medios informativos desplazados, por los que las posibilidades de perderse son nulas, aunque al ser pocos corredores, la carrera se estira lo suficiente como para que tengas tramos en los que estás corriendo completamente solo, en estos momentos, el silencio es infinito. Por otro lado hay varios vehículos tanto sanitarios como militares que continuamente recorren el trazado.
Las quinielas anteriores a la carrera asignan vencedor masculino a algún miembro de la delegación atlética argelina y femenina a nuestra Maria Dolores Jimenez, campeona del mundo de veteranos en 1.500 m, segunda en la edición del 2008. Ésta me indicó que la penalización del desierto es de aproximadamente 15 minutos sobre tu marca en media maratón en asfalto. Mi estrategia se basaba en mantener un ritmo constante de maratón, en mi caso 5:15 el minuto, lo que coincidía bastante con la indicación. En este caso, con la presencia de corredores saharauis descalzos e incluso con chanclas, decidí salir sin la cacharrería que siempre me acompaña: pulsómetro y podómetro, por lo que tendría que calcular los ritmos por sensaciones. En cuanto a la ropa, sin tener claro que fuera lo más adecuado me puse un pantalón de atletismo y una camiseta de tirantes, gafas y gorra por el sol de justicia y un buff por la posibilidad de que se levantara viento y la arena dificultara la respiración. Finalmente aunque tuvimos continuo viento en contra no llegó a levantarse la arena. En lugar del radiosalil de siempre, esta vez me embadurné de protector solar.
En el Km. 15 aproximadamente me pasó el cabeza de carrera de la maratón; no era Martín Fiz, como algunos esperábamos, era un argelino que literalmente volaba sobre la arena, impresionante verle como se alejaba en solitario bajo el sol. Finalmente, crucé meta en 1:52 minutos; como en otras ocasiones, esta vez por otras causas, hubo alguna lágrima que no pude contener, esta era una carrera especial dentro de un viaje muy especial.
Mi deseo es volver a participar en alguna próxima edición, si fuera posible no ya en los campamentos de refugiados y si en la República Árabe Saharaui Democrática.
Felicitaciones a Last Lap, que ha sabido organizar de forma exquisita un evento de este tipo en unas circunstancias casi límite.
Recomiendo firmemente a todos los corredores esta prueba. Es maravillosa la experiencia de correr por el desierto, además hay distancias para todos: 5, 10, 21 y 42.
No hay excusa!!!
Desde aquí un fuerte abrazo a mis compañeros de haima y correrías Ana, Javi y Mauri.
En otro post trataré de transmitir la experiencia “no deportiva”, ya que la carrera en este viaje, es una mera anécdota.