"...y cada día salía, zancada a zancada, para no llegar a ningún sitio, volviendo al mismo lugar del que partía. Volvía con la frustración de no haber sabido expresar lo que había dentro de mí o volvía con la certeza de haberlo dado todo, de no haber dejado nada para el olvido, nada para mañana.
Pero siempre quedaba algo y aun hoy cuando mis zancadas son más lentas, menos resistentes, cuando mis ídolos ya no tienen nombre pues son todos los que parten y son todos los que llegan o se esfuerzan por llegar, aun hoy sigo sin ver el final...."
(Aurora Pérez)
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