domingo, 1 de marzo de 2009

sahara marathon. la experiencia deportiva.



Samara (Campamento de refugiados saharauis. Argelia). Lunes 23 de febrero. 7 a.m. Amanece en el desierto y nos dirigimos al punto de encuentro en el que los participantes de la ½ maratón nos desplazaremos a la wilaya de Auserd donde será la salida. El cielo está despejado, la temperatura es de aproximadamente 10 ºC y no hay viento. Los 20 Km. de distancia entre ambas wilayas lo realizamos a través del desierto (no hay caminos…) en un convoy formado por varios autobuses urbanos, y varios todo terreno de la organización. También nos acompañan vehículos escolta con militares del frente polisario.




Durante la hora larga que duró el viaje, tuvimos la oportunidad de comprobar que el terreno se ajustaba a lo que nos habían indicado; los primeros 10 Km. son difíciles, es una continua sucesión de toboganes formados por arenales y zonas con piedras sueltas. La segunda mitad es técnicamente más suave; se trata de una inmensa recta prácticamente sin desnivel, en la que el suelo es arenoso, pero bastante duro, sin embrago es una recta sin fin que se pierde en el horizonte. Sicológicamente la llegada fue muy dura.



La salida de los aproximadamente 130 participantes será a las 10 a.m., tratando de hacer coincidir las cabezas de carrera con la maratón que salió de la wilaya del Aiun a las 9 a.m.
Evidentemente la distancia no es homologada (no se me ocurre que organismo podría homologarla….) y no hay chips ni alfombras ni arcos de salida. La salida está marcada con una línea de cal sobre la arena. A cambio tenemos la animación de cientos de mujeres y niños y una gran haima para cambiarnos.
En el momento de la salida, la temperatura ronda los 20ºC, en meta sería próxima a los 30ºC. Aunque con los niveles mínimos de humedad ambiental es difícil sudar, hay que intentar beber en casi todos los puntos de avituallamiento situados cada 2,5 k., yo sólo me salté el primero. En todos ellos hay agua, isostar, dátiles y plátanos, incluso barritas energéticas. El trazado de la carrera está marcado cada 500 m por un poste y una flecha indicando el camino, hay perfecta visibilidad de punto a punto, además continuamente hay fotógrafos de la organización y de los medios informativos desplazados, por los que las posibilidades de perderse son nulas, aunque al ser pocos corredores, la carrera se estira lo suficiente como para que tengas tramos en los que estás corriendo completamente solo, en estos momentos, el silencio es infinito. Por otro lado hay varios vehículos tanto sanitarios como militares que continuamente recorren el trazado.
Las quinielas anteriores a la carrera asignan vencedor masculino a algún miembro de la delegación atlética argelina y femenina a nuestra Maria Dolores Jimenez, campeona del mundo de veteranos en 1.500 m, segunda en la edición del 2008. Ésta me indicó que la penalización del desierto es de aproximadamente 15 minutos sobre tu marca en media maratón en asfalto. Mi estrategia se basaba en mantener un ritmo constante de maratón, en mi caso 5:15 el minuto, lo que coincidía bastante con la indicación. En este caso, con la presencia de corredores saharauis descalzos e incluso con chanclas, decidí salir sin la cacharrería que siempre me acompaña: pulsómetro y podómetro, por lo que tendría que calcular los ritmos por sensaciones. En cuanto a la ropa, sin tener claro que fuera lo más adecuado me puse un pantalón de atletismo y una camiseta de tirantes, gafas y gorra por el sol de justicia y un buff por la posibilidad de que se levantara viento y la arena dificultara la respiración. Finalmente aunque tuvimos continuo viento en contra no llegó a levantarse la arena. En lugar del radiosalil de siempre, esta vez me embadurné de protector solar.



En el Km. 15 aproximadamente me pasó el cabeza de carrera de la maratón; no era Martín Fiz, como algunos esperábamos, era un argelino que literalmente volaba sobre la arena, impresionante verle como se alejaba en solitario bajo el sol. Finalmente, crucé meta en 1:52 minutos; como en otras ocasiones, esta vez por otras causas, hubo alguna lágrima que no pude contener, esta era una carrera especial dentro de un viaje muy especial.
Mi deseo es volver a participar en alguna próxima edición, si fuera posible no ya en los campamentos de refugiados y si en la República Árabe Saharaui Democrática.
Felicitaciones a Last Lap, que ha sabido organizar de forma exquisita un evento de este tipo en unas circunstancias casi límite.
Recomiendo firmemente a todos los corredores esta prueba. Es maravillosa la experiencia de correr por el desierto, además hay distancias para todos: 5, 10, 21 y 42.
No hay excusa!!!

Desde aquí un fuerte abrazo a mis compañeros de haima y correrías Ana, Javi y Mauri.

En otro post trataré de transmitir la experiencia “no deportiva”, ya que la carrera en este viaje, es una mera anécdota.


4 Amigos que han opinado:

Gregorio Toribio Álvarez dijo...

Si ya es dura una media maratón en condiciones ideales, en pleno desierto es para quitarse el sombrero que no tenemos e inclinarnos ante tanto héroe.

Desde luego que esa experiencia quedará grabada en tu mente para toda la vida.

Enhorabuena por ese reto conseguido.

Espartano dijo...

Sin duda tiene que ser una experiencia inolvidable, dura, pero inolvidable. Este tipo de carreras son de las que hay que guardar en el carnet del Corredor como unicas.
Reto conseguido, ahora?...

Anónimo dijo...

Gregorio,

He de decirte que no es mas dura que una media de asfalto. es cuestión de ritmos....incluso al ser mas blando el terreno, terminas menos machacado. es menos agónico....

Espartano,

la esperiencia es insuperable, pero no solo la carrera, si no todo lo que rodea al viaje.
La experiencia solidaria es lo mejor... tengo fotos en mi facebook por si quieres verlas (Antonio Plazas Varez).
Lo próximo será MAPOMA y por el medio caerá la media de Madrid.

Espartano dijo...

Pasare a ver tus fotos del Facebook, no me las quiero perder. Gracias por compartirlas.

Plantilla creada por laeulalia basada en la harbor de blogger.